El proyecto 'Si la sangre es la vida' es una profanación de los archivos de la intimidad, un glitch de la memoria, una sucesión de roturas de código y conversaciones con fantasmas. 'Si la sangre es la vida' propone sospechas de una historia, que son dos, que, en realidad, son muchas y que tratan no tanto de lo que no se ve, sino de lo que, viéndose, no se mira.
Desde 2019, el colectivo DU-DA trabaja en una línea de investigación en torno a la muerte que busca acercarnos a perspectivas más conscientes y menos individualistas sobre cómo lidiar con la muerte.
La cultura occidental ha suprimido los rituales de paso, que simbolizan la muerte y la transformación. Aunque la Iglesia tiene sus propias imposiciones (bautismo, comunión, confirmación, matrimonio), estas han caído en desuso y no nos interpelan. Además, la asepsia y burocratización por parte de las instituciones intermediarias de la muerte nos privan de la cercanía necesaria para ritualizar la muerte y conectar con lo espiritual y mágico que emana del cuerpo del fallecido.
El ideal del final de la vida se asocia a un entorno familiar, a la intimidad y al menor sufrimiento posible. Sin embargo, las políticas neoliberales impuestas convierten estos deseos en un privilegio. Aunque los servicios funerarios son considerados servicios de interés general y de cobertura universal —igual que el suministro de agua, la sanidad o el transporte público—, se han privatizado, alcanzando costos muy superiores a lo que muchas familias pueden permitirse. Por otro lado, quienes han tenido que lidiar con una funeraria saben que, a menudo, estas aprovechan el momento trágico y la desorientación general de las familias para fomentar inercia de consumo inmediata y desinformada.
Por otro lado, la ansiedad por el fin de la vida está ampliamente extendida en nuestra sociedad. Sin embargo, y paradójicamente, la muerte es un tabú en nuestra cultura, algo que nos incomoda y que no queremos mirar de frente. Tratamos de llenar el vacío existencial y el miedo que provoca esta ignorancia mediante el consumo. El miedo a la muerte es, sin duda, un poderoso aliado del capitalismo consumista. Vivimos como si nunca fuésemos a morir hasta que algo malo ocurre en nuestras vidas —un amigo con cáncer, un familiar que ya no puede valerse por sí mismo— y entonces nos damos cuenta de lo solos que estamos en este viaje. Por todo ello, consideramos importante recuperar voces críticas con las políticas de la muerte, así como voces que nos hablen de otros modelos cosmológicos y ritos de relación con esta.
Si la Sangre es la vida es un proceso de creación de una pieza escénica que pretende funcionar como un dispositivo político, somático y espiritual.
Con el objetivo de experimentar con nuevos lenguajes escénicos para generar una experiencia encarnada que, al mismo tiempo, incorpore una reflexión sobre el propio espacio escénico como facilitador de rituales colectivos que nos acerquen a la muerte, el colectivo DU-DA propone a La Poderosa que sus directoras (Mònica Muntaner y Bea Fernández) realicen un acompañamiento artístico para la creación de Si la Sangre es la vida.
A raíz de esta invitación y debido al interés en formar parte del proyecto Si la Sangre es la vida, La Poderosa propone a DU-DA seguir facilitando un acompañamiento a largo plazo con el objetivo de concluir este proceso creativo en 2025.
DU-DA - Colectivo de mediación e investigación artística
DU-DA es un colectivo de mediación, investigación y producción artística actualmente formado por Sarai Cumplido y Clara Piazuelo, que hace preguntas sobre nuestros modos de cohabitar para imaginar otros presentes y futuros posibles desde sensibilidades críticas.
Actualmente tiene varios proyectos de mediación e investigación artística en marcha: Morir guay, una búsqueda de relatos contrahegemónicos sobre la muerte; Hera, una metodología de aprendizajes circulares; Médiums, una exploración sobre lo invisible; Puaj!, un laboratorio de culturas vivas; Pan Duro, donde cocinar juntas es una fiesta; Derivas, un acompañamiento a cachorras que se mueven por la ciudad; Marti Culiz, la editorial de publicaciones espontáneas; La Segunda Duna, una caravana para estancias en el bosque; y, por último, pero no menos importante, Puntería y cariño.
Recientemente ha recibido la beca de Barcelona Producció (2021), la beca del UNZIP en la modalidad de Arte y Educación (2020), y la beca de investigación de La Escocesa (2020). Asimismo ha trabajado con instituciones culturales como el Graner, Hangar, Centro LGTB, Can Felipa o Tabakalera Donosti.