En esta residencia me gustaría investigar en torno a un conjunto de prácticas y preguntas que conforman el universo artístico de sabores y saberes. Estas dos palabras prácticamente homófonas, que juntas generan una bella aliteración en forma de susurro, son los dos faros que guían una investigación en torno a un estado creativo inspirado en la meditación y la contemplación. ¿Cómo saborear una danza? ¿Cómo descansar en los saberes del cuerpo? ¿Cómo sintonizar con las infinitas posibilidades del presente? ¿Cómo intervenir, interactuar y componer desde esta base? En las posibles respuestas, o más bien, aproximaciones, surgen ciertos binomios: atención-intención, quietud-movimiento, entretenimiento-aburrimiento, sagrado-mundano, acción-percepción, sensación-forma, singular-común, etc.
Desde el Laboratorio de Artes Contemplativas, entienden por artes contemplativas "aquellas obras creadas al margen de la lógica productivista, competitiva e hiperacelerada de nuestros tiempos". Confían "en la posibilidad de crear desde un lugar más atento, a las demás y a la propia mente, más conectado a las problemáticas sociales que nos afectan". Al mismo tiempo, la artista Meredith Monk habla de la necesidad de mantener vivos los linajes artísticos y espirituales. Monk considera que las nuevas generaciones están sedientas de formas de hacer que trasciendan la commodificación y la distracción, y por eso es tan importante la transmisión de valores artísticos y humanos.
En este sentido, la intención última de este proyecto es que pueda tener un efecto en la vida misma, en cómo nos relacionamos con los demás, el entorno y nosotros mismos, siendo nuestras voces internas el primer "público" al que nos enfrentamos continuamente.
PROYECTO OTRAS RESIDENCIAS 23